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Soy Carlota Munar, una persona con muchas facetas, la de hija, hermana, madre, pareja, Docente y amiga.
A nivel familiar, soy la mayor de tres hermanos maravillosos, que adoro tenemos una relación muy especial . Mi padre se siente muy contento de vernos así , unidos, alegres, juiciosos y cada uno con su profesión y familia.
Soy madre de dos hijos adolescentes , que son la alegría de mi vida, Camilo y Daniel, compartiendo años muy hermosos a su lado, en este momento tomaron rumbos diferentes buscando sus intereses intelectuales y profesionales en Argentina, situación que admiro de ellos y lo que me produce un gran orgullo porque tienen un corazón bonito y son grandes seres humanos.
En el aspecto espiritual , siento que tengo una relación muy personal con mi Dios, no acostumbro ir a misa seguido, pero lo que si hago es orar y buscar un espacio para presentarle mis cosas y tenerlo en cuenta en mis decisiones ,igual que agradecerle en todo momento lo que me sucede. Me considero una persona espiritual más no religiosa, procuro llevar mi vida lo mejor conmigo misma , tratando de dar lo mejor de mí a los que me rodean, seguramente con debilidades pero procuro estar bien siempre , eso me produce paz. A nivel personal me considero una persona sencilla, muy alegre y con un alto sentido de compromiso en todo lo que emprendo, son muy importantes para mí el respeto y la justicia. Demuestro en mis acciones el amor con el que hago las cosas , me fascina estar reunida con mi familia, mis amistades, disfruto del baile, especialmente la salsa y me deleito con los boleros cubanos , la balada . Me encanta escuchar música, estar rodeada de naturaleza y lo mejor ir de paseo, conocer pueblos, participar de caminatas. Por otro lado, disfruto de la compañía de personas entusiastas, positivas, generosas, respetuosas, amables, que transmiten confianza. A nivel profesional , me desempeño como Docente de primaria en el colegio distrital Manuel Cepeda Vargas , en la jornada de la mañana, estoy en esta institución desde el 2007, me gusta mi colegio y me gusta mi profesión, siempre lo soñé y me siento realizada en él.
Ingresé al distrito desde el año 1993 como docente en propiedad, agradezco a Dios esta bendición y procuro dar lo mejor de mí para responder a esta misión.
Otro aspecto que quiero mencionar es mi afición por la lectura, me encanta leer literatura, disfruto de ello y procuro transmitirles a mis estudiantes este amor por la lectura, es uno de mis hobbies, disfruto estar en momentos sola y tener la compañía de una buena lectura.
Actualmente, me encuentro terminando mi licenciatura, estoy feliz por ello me fascina estar en la universidad, aprender y compartir con mis compañeros. Mi deseo es seguir estudiando y prepararme, estar en actualidad , quiero hacer una especialización o una maestría, quiero estar siempre rodeada de libros, de mi familia y amigos. Dios permita que se haga realidad mi sueño.
Mi nombre es Fanny Milena Gaviria Gómez, nací en el departamento de Caldas en 1985. Mis estudios de primaria, secundaria y ciclo complementario los realicé en un municipio ubicado al noroccidente del Tolima llamado Villahermosa, pueblo natal de mi padre. En la escuela, mis maestros de primaria fueron quienes me inculcaron el amor por la lectura; recuerdo que en sus clases compartían cuentos, fábulas, leyendas, mitos, poemas poesías, coplas, retahílas y otras hermosas narraciones que hacían volar mi imaginación. Cuando regresaba del colegio con mis hermanas, mi mamá nos dejaba ir donde la abuela, que vivía muy cerca; nos gustaba ir allá porque ella nos contaba anécdotas de cuando era pequeña y jugaba por el campo, a veces también compartía historias de terror, que no me dejaban dormir. En la secundaria leí varias obras literarias, algunas sugeridas por los (las) maestros (as) y otras que pedía prestadas en la biblioteca de la escuela; entre ellas recuerdo a Juan salvador gaviota, volar sobre el pantano, juventud en éxtasis, la María, La celestina, Pedro Paramo, la mala hora y cien años de soledad, está última por cierto resultó ser una de mis favoritas, ya que al leerla me sentía un habitante más del mágico y maravillo Macondo; aún conservo esa bella obra que me hace recordar mis años de colegio. Cuando me gradué de Ciclo Complementario (grados 12° y 13°) viajé a la ciudad de Bogotá a trabajar y por supuesto a seguir estudiando. Allí tuve la oportunidad de conocer muchas bibliotecas y de leer varias obras como once minutos, el mundo y sus demonios, los dragones del Edén, la última balada de María Abdalá, entre otras. Mi interés por la docencia y la literatura me llevaron a la Universidad del Tolima a estudiar lengua castellana. A lo largo de la carrera son muchos los autores y muchas las obras que he abordado. En la literatura encontré el placer de ser parte de otras realidades a veces ajenas a mi vida y otras muy similares, con las que me identifico. Curso actualmente IX semestre de la ya mencionada carrera, y trabajo como docente de básica primaria en el Colegio Distrital San Bernardino al sur de la ciudad. Poseo 8años de experiencia en el campo educativo. Amo a mi esposo, los libros, la música y el buen cine.

Mi nombre es Milena Andrea Garzón, me gusta recordar la literatura en mi vida desde…
Un mundo lleno de dulces, tierra y juegos de fantasía, pues ahí estaba yo, de pequeña, con aproximadamente cuatro años, cuando me quedaba tras una malla, llorando por mi abuelita, porque no quería que me dejara.
Cuando se iba, y luego de un largo llanto, sintiendo que me arrancaban el alma… jugaba con amiguitos del jardín de niños, esperando la hora del cuento, porque me encantaba y lograba transportarme a los bosques y paisajes de caperucita, pulgarcito, entre otros.
Al cumplir aproximadamente 120 llantos, llegaba la navidad, anhelada época de luz y color, pues la profe margarita, nos leía la novena de una forma inolvidable.
Mientras nos relataba, hacia sonidos con la mesa y yo sentía, ese temor de San José, afanado por encontrar un lugar para el bebe, y golpeaba puerta por puerta sin encontrar ayuda.
En las tardes mi abuelita me relataba historias de su niñez, mitos y algunas leyendas, era tan perfecta su narración, que algunas veces me quedaba sin poder dormir, asustada y aferrada a ella, pues me daba miedo de la llorona, la patasola, la madre monte y otros personajes que estaban en mi mundo.
Cuando entre a primero… ¡jajajajajaja mi abuelita!, me alcanzaba el tetero en el descanso por una ventanita y luego se iba…Aunque quedaba triste por su partida, me quedaba atenta, sobre todo a la clase de ciencias naturales y español, aunque fue traumático el escribir, pues yo nunca aprendí la letra cursiva, en medio de estas clases donde se escaseaban los juegos y los cantos.
Al llegar a cuarto de primaria estuve rodada de libros y libros y más libros, pues mi tío tenía una gran biblioteca, recuerdo como si fuera ayer el olor de los libros y la madera vieja de allí.
Me encantaba estar en el altillo de mi tío, pues en medio de mi juego, yo era una escritora y pintora, ponía los cuadros que hacía y los pegaba a la ventana… y los vendía todos.
Al llegar a quinto, conocí a la mejor profesora de español en mi vida, pues ella estímulo aún mas mi fantasía, ya que nos leía historias de a mor y poesía.
Recuerdo, que gracias a ella le hice comprar a mi abuelita muchos libros, que aunque no los entendiera del todo, los llevaba a todos lados y los leía de una forma muy particular, pues en mi mundo creía que era una gran cantante y me ponía a cantar los poemas o historias de los libros.
Al llegar a sexto, sentí temor, pues para ir al colegio tocaba en bus y aún no quería separarme de mi abuelita, pero a medida que pasaba el tiempo, conocí compañeras, que pasaron a ser grandes amigas, con quienes nos reuníamos para hacer tareas, íbamos a la casa de la cultura de suba, visitábamos la biblioteca Luis ángel Arango y con quienes nos escapábamos a ver cine arte o en algunas ocasiones para ir a rock al parque con las mochilas terciadas a escuchar a Andrea Echeverry, Cafe tacuba, entre otros.
Escribíamos historias entre todas, donde una empezaba, y la otra complementaba….fue una época bien especial e inolvidable.
En noveno, leímos el Túnel, de Ernesto Sábato y quedé anonadada, pues esta historia llena de toda clase de sentimientos me parecía algo único, y fue tanto el aprecio por este libro, que lo leí nueva mente en compañía de mi abuelita, quien también compartió sentimientos con este libro.
Luego de terminar el colegio, de casarme y de ser madre, y una feliz madre comunitaria, ingresé a la universidad del Tolima, donde he tenido el privilegio de conocer gente maravillosa y aunque ya muchos no estén los llevo en el corazón.